martes, 2 de abril de 2013

Burnout


 El síndrome del quemado  o del desgaste profesional


Se considera una fase avanzada del estrés profesional y se produce cuando existe, durante un tiempo determinado, un desequilibrio entre las expectativas personales respecto al puesto de trabajo y las características de la realidad laboral. Se produce sobre todo en personas cuyos puestos de trabajo implican ayudar a asumir responsabilidades sobre otras personas.
Las profesiones que demuestran ser más proclives a este síndrome son los profesionales de la enseñanza, salud, servicios sociales, y perfiles directivos, asistentes  y seguridad pública.


Podremos identificar que el síndrome  denota,

  • Agotamiento emocional que se traduce en sensación de sobreesfuerzo físico, cansancio, hastío emocional y pérdida de recursos emocionales.
  • Despersonalización que genera actitudes de frialdad y distanciamiento no sólo en el medio laboral sino también en las relaciones interpersonales y familiares.
  • Nivel de realización personal en el que se experimenta una pérdida de la propia confianza y se genera un autoconcepto negativo y un sentimiento de baja realización personal.
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Las 5 fases identificadas en el proceso progresivo se definen como,

  1. Fase de entusiasmo: en la que el trabajo se considera un reto, una actividad estimulante que genera elevadas expectativas tanto en lo que se refiere al ambiente como en autoexigencia personal.

  1. Fase de estancamiento: comienzan a percibirse inconvenientes  en el trabajo, surgen dudas y los objetivos no están claros. Las expectativas iniciales no se cumplen y surge el desencanto. Aparecen los primeros síntomas fisiológicos de ansiedad (temblores, sudoración, taquicardia, opresión)

  1. Fase de frustración: En esta fase es posible que se redimensionen las expectativas en el trabajo o bien que se retome una ilusión real con proyectos laborales concretos; aunque en muchos casos  comienzan a hacerse crónicos los síntomas fisiológicos del estrés como resultado de un proceso de desmotivación, a la vez que se produce una marcada disminución de la productividad.

  1. Fase de apatía: comienza a perderse confianza en uno mismo, se produce un distanciamiento de las personas, no sólo respecto a los compañeros de trabajo, sino también en las relaciones familiares e interpersonales en general. En esa fase suelen aparecer las primeras bajas laborales.

  1. Fase de “sentirse y estar quemado”: Existencia de un gran deterioro personal, con problemas psicosomáticos, cognitivos y de comportamiento, que afectan a todos los ámbitos de relación familiar, socio-laboral y personal.  En esta situación la productividad es sumamente baja y, con frecuencia, se acompaña de una baja laboral.
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Las manifestaciones del Burnout


Pueden ser muy amplias y variadas, teniendo en cuenta los síntomas más habituales:

  • Fisiológicos: fatiga crónica, desordenes gástricos, tensión muscular, dolores de cabeza  y mareos frecuentes.
  • Conductuales: dificultad en la toma de decisiones, adicciones (tabaco, alcohol) y trastornos del sueño.
  • Emocionales: Irritabilidad, hostilidad, distanciamiento afectivo, ansiedad y depresión.
  • Cognitivos: baja capacidad de atención, disminución ce la concentración  y juicio.
  • Laborales: absentismo, escasa productividad, frecuentes conflictos, desmotivación. 
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